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El juego de la nueva cosecha de café: un ciclo que dura un año

Actualizado: 19 sept

El café es un ritual que se vive en cada taza, pero antes de llegar a tus manos pasa por un proceso único que toma un año completo. La nueva cosecha no es solo un cambio de granos: es el resultado de un ciclo natural que define la calidad, los sabores y la historia que podrás saborear en cada sorbo.


El juego de la nueva cosecha

¿Cómo funciona el ciclo del café?


La producción del café sigue el ritmo de la naturaleza. Desde la floración, pasando por la maduración de las cerezas y hasta la recolección, el proceso dura alrededor de 12 meses. Este tiempo es necesario para que la planta absorba los nutrientes, reciba la cantidad justa de sol y lluvia, y logre desarrollar sabores complejos y únicos.


En Costa Rica, el ciclo inicia con las primeras lluvias que despiertan la floración blanca del cafeto, alrededor de abril. Meses después, esas flores se convierten en cerezas verdes que poco a poco van madurando hasta alcanzar ese rojo intenso que anuncia la cosecha.



¿Por qué cada año el café sabe diferente?

¿Por qué cada año sabe diferente?


A diferencia de productos industriales, el café está vivo y responde al clima, la altitud y la tierra de cada cosecha.


  • Un año más seco puede resaltar notas dulces y acarameladas.

  • Un año con más lluvias puede intensificar los toques frutales o ácidos.


Eso significa que cada cosecha es irrepetible: la taza que probás este año nunca será igual a la del próximo.




La variedad en Café Dopo


En Dopo celebramos esa singularidad. Cada temporada seleccionamos microlotes de café de especialidad que reflejan lo mejor de distintas fincas y regiones del país. Cada uno trae una identidad propia: algunos con notas de frutas tropicales, otros con perfiles más achocolatados o florales.


La nueva cosecha es nuestra oportunidad de compartir con vos una colección de cafés únicos, pensados para que probés, comparés y encontrés tu favorito.



Un café para jugar y descubrir


Tomar café de especialidad no es solo un hábito: es un viaje sensorial que cambia año con año. La nueva cosecha es una invitación a jugar con los sabores, a experimentar con distintos métodos de preparación y a descubrir cómo la naturaleza se refleja en cada taza.



 
 
 

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